Desde hace tres años, el Centro Universitario Ecatepec de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) desarrolla un programa que ha comenzado a transformar el panorama de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPyMES) de la región. Se trata del Programa de Apoyo a la Pequeña y Mediana Empresa, una iniciativa que busca acercar el conocimiento generado en la academia al sector productivo local, bajo el liderazgo del profesor e investigador Carlos Robles Acosta, coordinador de Investigación y Posgrado de este campus.

Robles Acosta, miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) y con más de 15 años de trayectoria en el estudio de las MIPyMES y las empresas familiares, ha impulsado un modelo de intervención que combina la investigación aplicada con la formación práctica de los estudiantes universitarios. El programa se sustenta en dos líneas centrales: el desarrollo de herramientas de gestión adaptadas al contexto mexicano y la incorporación de la inteligencia artificial (IA) para fortalecer áreas clave como comercialización, operaciones, recursos humanos y finanzas.

“Queremos generar un impacto real, acercar el conocimiento que se produce en la institución a las empresas que lo necesitan y que nuestros estudiantes se formen con una visión práctica y comprometida”, subrayó el académico.

Un modelo participativo que une aula y empresa

El esquema del programa se distingue por su carácter colaborativo y participativo, donde los estudiantes juegan un papel fundamental como vínculo entre la universidad y el sector empresarial. El proceso inicia con el contacto directo con los negocios, seguido por un diagnóstico organizacional basado en entrevistas y escalas científicas que permiten evaluar dimensiones como la calidad, las condiciones laborales y el desempeño general de la empresa.

A partir de los resultados, se diseñan planes de trabajo personalizados, con etapas de intervención y herramientas específicas para atender las áreas de mejora detectadas. Cada empresa recibe acompañamiento constante, mientras que los alumnos adquieren experiencia práctica al colaborar en la creación de soluciones sostenibles y adaptadas a la realidad local.

Inteligencia artificial: oportunidad y desafío

Uno de los hallazgos más significativos del programa ha sido la percepción ambivalente de los empresarios frente a la inteligencia artificial. De acuerdo con Robles Acosta, aunque el interés por las nuevas tecnologías crece, también se enfrenta a la desconfianza y al desconocimiento.

“En algunos casos detectamos resistencia por desconocimiento. Pero hay oportunidades claras, por ejemplo, en comercialización, donde la IA puede mejorar el contacto con los clientes y permitir atención 24/7 sin grandes inversiones”, explicó.

El investigador añadió que otro de los desafíos detectados es el manejo de las finanzas, un tema recurrente entre las MIPyMES. En ese sentido, destacó que herramientas tecnológicas simples, como aplicaciones móviles para el control de ingresos y egresos, pueden representar un cambio significativo tanto en la gestión empresarial como en el bienestar personal de los emprendedores.

Impacto local y proyección universitaria

El programa, en el que colaboran diversos académicos del Centro Universitario Ecatepec, ha trabajado ya con una amplia gama de negocios, desde misceláneas, barberías y salones de belleza, hasta fondas y farmacias. Un ejemplo emblemático es el de una cadena de farmacias locales que busca automatizar sus inventarios y coordinar en tiempo real las operaciones de sus distintas sucursales, gracias al acompañamiento técnico y académico del proyecto.

“Estoy convencido de que este programa tiene futuro porque responde a necesidades reales, y la universidad tiene mucho que aportar”, afirmó Robles Acosta, quien invitó a estudiantes y docentes de Administración, Contaduría, Informática Administrativa e Ingeniería en Computación a sumarse a esta iniciativa.

Finalmente, el académico enfatizó que el impacto del programa va más allá de los beneficios económicos o tecnológicos: transforma la manera en que los jóvenes conciben su formación y su papel en la sociedad.

“Estamos convencidos de que trabajando juntos, universidad y sociedad, podemos contribuir a superar la crisis que vive el país. La universidad es casa de todos, y está al servicio de la comunidad”, concluyó.