Decenas de periodistas entregaron sus credenciales y abandonaron el Pentágono este miércoles, rechazando las nuevas restricciones impuestas por el Secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth.

Las normas, calificadas por las autoridades como “de sentido común”, limitarían el acceso a información del Departamento de Guerra y dejarían a los reporteros vulnerables a ser expulsados si intentan reportar información no aprobada previamente por Hegseth.

La medida provocó un rechazo casi unánime de los medios de comunicación. La Asociación de Prensa del Pentágono, que agrupa a 101 miembros de 56 medios distintos, advirtió que estas reglas podrían socavar la libertad de prensa y la transparencia en la cobertura militar.

Entre los medios que se negaron a firmar la política se encuentran The Associated Press, The New York Times, CNN, NBC, CBS, ABC, Bloomberg, Reuters, The Washington Post, The Wall Street Journal y Fox News.

Incluso medios conservadores se unieron a la protesta, dejando el Pentágono por considerarla una amenaza a sus derechos recogidos en la Primera Enmienda.

Solo la cadena ultraconservadora One America News Network (OANN) aceptó la normativa.

Su dirección probablemente cree que tendrá mayor acceso a funcionarios del gobierno al mostrar su apoyo”, comentó Gabrielle Cuccia, exreportera del Pentágono, quien fue despedida de OANN tras criticar previamente las políticas de prensa de Hegseth.

Nancy Youssef, reportera de The Atlantic, explicó la decisión de la prensa:

Es triste, pero también estoy realmente orgullosa de que el cuerpo de prensa se mantuvo unido”.

Youssef enfatizó que aceptar las reglas implicaría renunciar al papel del periodista:

Aceptar el no pedir información es aceptar no ser un periodista. Nuestro objetivo principal es solicitar información”.

Censura en aumento en EU

La nueva política del Pentágono obliga a los periodistas a firmar un documento comprometiéndose a no divulgar información clasificada ni documentos sensibles, incluso si estos no están marcados oficialmente como secretos.

El New York Times interpretó esta política como una exigencia para que las organizaciones de noticias soliciten la aprobación previa de sus artículos, algo que podría violar la Primera Enmienda y permitir la censura a discreción de Hegseth.

Lo que realmente están haciendo es querer dar la información con cuchara al periodista, y esa sería su versión.

«Eso no es periodismo”, señaló Jack Keane, general retirado y analista de Fox News. La política deja en manos de los oficiales del Pentágono decidir cuándo un reportero se ha “excedido” al solicitar información, lo que aumenta el riesgo de que la cobertura informativa sea censurada de manera arbitraria.

El Departamento de Guerra también ha limitado el acceso a diversas áreas del Pentágono y realizado únicamente dos conferencias de prensa formales desde la llegada de Hegseth.

La medida se suma a investigaciones sobre filtraciones de información a los medios, reforzando la percepción de un control estricto sobre la información que sale del complejo militar.

Tom Bowman, reportero de NPR, subrayó en un ensayo la importancia de mantener una prensa libre:

Sabían que el pueblo estadounidense merecía saber lo que estaba pasando. Sin reporteros capaces de hacer preguntas, parece que la dirección del Pentágono continuará confiando en publicaciones elegantes en redes sociales, videos cortos cuidadosamente orquestados y entrevistas con comentaristas y podcasters partidistas.

«Nadie debería creer que eso es suficiente”.

Trump intensifica control mediático

El presidente Donald Trump apoyó públicamente la política de Hegseth, señalando que “la prensa es muy deshonesta” y que consideraba disruptivo el papel de los periodistas en asuntos de seguridad nacional.

Esta medida se produce en un contexto de tensiones constantes entre el mandatario y los principales medios de comunicación. En el último año, Trump ha iniciado batallas legales contra The New York Times, CBS, ABC, The Wall Street Journal y The Associated Press, acusándolos de difundir información falsa o sesgada.

Recientemente, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) amenazó con revocar licencias de transmisión a cadenas como ABC por críticas a figuras ultraconservadoras, mientras que Paramount Global tuvo que pagar 16 millones de dólares para resolver una demanda de Trump sobre su programa 60 Minutes.

Estas acciones reflejan la presión constante del Gobierno sobre los medios tradicionales y digitales, intensificando la polémica sobre libertad de expresión y censura.

Por primera vez desde la administración de Dwight Eisenhower (1953-1961), ninguno de los principales periódicos o cadenas de televisión estará presente de manera permanente en el Pentágono.

Sin embargo, los reporteros aseguraron que continuarán cubriendo la actividad del Departamento de Guerra, aunque sea fuera del complejo.

Según la Asociación de Prensa del Pentágono, la dependencia de Hegseth “ha confiscado las credenciales de los reporteros del Pentágono de prácticamente todos los principales medios de comunicación de Estados Unidos”.

Fuente: agencias