A los 23 años, cuando muchos jóvenes apenas comienzan a definir su rumbo profesional, Jaziel Romero ya dirigía una carrera universitaria en Monterrey y había fundado su propio estudio: Jazo Romero Mexican Exclusive Design, una firma que combina técnicas artesanales, materiales experimentales y una visión del diseño con impacto social. Hoy, con reconocimiento internacional y exposiciones en Nueva York, Milán y Asia, el creador egresado de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) representa una nueva forma de entender el diseño industrial: como herramienta de transformación cultural y humana.
Originario del Estado de México, Jaziel estudió Diseño Industrial en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UAEMéx entre 2015 y 2020, una etapa marcada por incertidumbres, retos académicos y el impacto inesperado de la pandemia de COVID-19. Aquella interrupción abrupta obligó a miles de estudiantes a replantear su formación y camino profesional. Sin embargo, Jaziel la recuerda como una etapa de crecimiento.
“En la facultad tuve profesores que hoy son mis amigos, que nos enseñaron a pensar sin limitaciones y a creer en nuestras ideas”, dijo en entrevista. La formación académica fue, para él, un espacio de descubrimiento no solo técnico, sino humano: ahí aprendió a pensar con las manos, a arriesgar con diseños poco convencionales y a confiar en la experimentación como método creativo.
Innovación con raíces mexicanas
Hoy, su estudio en Monterrey se ha convertido en un laboratorio de exploración material. Entre sus obras destacan piezas que desafían la lógica: maderas con curvas imposibles, vidrio que sostiene mármol, estructuras metálicas que parecen flotar. Cada pieza es resultado de un proceso artesanal y técnico que, más allá de la estética, está atravesado por un discurso profundo sobre identidad, territorio y colaboración.
Uno de los sellos distintivos de su trabajo es la vinculación con comunidades artesanales. Jaziel ha implementado modelos de producción justa con artesanos de Michoacán, Nuevo León y el Estado de México, quienes aportan técnicas como la talla en madera, el cobre martillado, el vidrio soplado o el tejido tradicional. Su filosofía es clara: no solo se trata de preservar oficios, sino de evolucionarlos sin perder su esencia.
“El diseño también es diálogo”, afirmó. “Cuando trabajamos con artesanos entendemos que ellos son diseñadores ancestrales. No llegamos a imponer, sino a construir juntos”.
De las grandes vitrinas al valor del proceso
La obra de Jaziel ha sido exhibida en eventos de gran prestigio como Wanted Design (Nueva York), Salone Satellite (Milán), Design Week México, además de exposiciones en Inglaterra, Taiwán y Colombia. Sin embargo, el diseñador asegura que los reflectores no lo deslumbran.
“Yo quería llegar a esas ferias, pero cuando lo logré me di cuenta de que lo valioso era compartir. El diseño no tiene sentido si no se comparte con quienes vienen detrás o con quienes no están en el diseño”, reflexionó.
Por ello combina su labor creativa con actividades educativas y comunitarias. Ofrece conferencias, talleres y mentorías en universidades y foros creativos. Su meta es inspirar a jóvenes de contextos distintos: “No hay contexto que limite el talento si se trabaja con intuición, curiosidad y propósito”, sostiene.
El diseño como forma de vida
Para Jaziel Romero, el diseño no es una profesión técnica ni una industria elitista. Es, antes que nada, una herramienta poderosa para imaginar futuros posibles. “El verdadero éxito no se mide por exposiciones ni reconocimientos, sino por el impacto que las ideas pueden tener en otros”, asegura.
Hoy continúa impulsando colaboraciones con creativos de disciplinas diversas: ingenieros, arquitectos, artistas visuales, músicos y antropólogos. Cree firmemente que el diseño del siglo XXI debe ser transdisciplinario y emocional, capaz de conectar historias y generar cambios reales.
Con apenas 29 años, ha construido un camino sólido que inspira a una generación de creativos que, como él, buscan romper moldes sin perder la autenticidad. Desde el Estado de México hacia el mundo, Jaziel es ejemplo de disciplina, sensibilidad y visión.
“Si cabe en tu cabeza, cabe en tus planes. Confía en tu intuición. Haz lo mejor con lo que tienes”, concluyó. Su historia demuestra que el diseño puede ser mucho más que objetos: puede ser un puente entre el origen y los sueños.

