La crisis provocada por el cierre parcial del Gobierno federal en Estados Unidos, iniciado el pasado 1 de octubre, continúa generando severas afectaciones en la operación aérea del país. De acuerdo con datos de la plataforma FlightAware, solo el 9 de noviembre se registraron 2,671 cancelaciones de vuelos y más de 9,129 retrasos, lo que ha impactado a miles de pasajeros en todo el territorio.
Los aeropuertos más afectados son LaGuardia, en Nueva York, y el Aeropuerto Internacional Libertad de Newark, en Nueva Jersey, donde las filas y tiempos de espera se han prolongado durante horas. La falta de personal, derivada de la suspensión de pagos y despidos temporales en agencias federales, ha obligado a reducir la actividad aérea en un intento por mantener la seguridad operativa.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que, si el cierre se prolonga, las afectaciones podrían intensificarse y comprometer los viajes programados para finales de noviembre, especialmente durante el Día de Acción de Gracias, una de las temporadas más concurridas del año. “Si no se alcanza un acuerdo pronto, el impacto será mucho mayor”, señaló.
Por su parte, la Administración Federal de Aviación (FAA) informó que la actividad aérea se reducirá un 6% durante este fin de semana como medida de contingencia, y anticipó que la próxima semana la reducción podría llegar al 10% si la crisis persiste. Esta decisión busca paliar la falta de controladores y personal operativo, cuya ausencia ha generado un efecto dominó en las principales terminales del país.
Aunque la situación es crítica, se espera que antes del 10 de noviembre se anuncie un acuerdo entre republicanos y demócratas, luego de que el Senado convocara a una sesión extraordinaria para destrabar las negociaciones. El cierre, que ya supera los 40 días, se ha convertido en uno de los más largos en la historia reciente de Estados Unidos y mantiene en vilo a millones de viajeros y trabajadores federales.

