El anuncio de la Operación Lanza del Sur marca un punto de inflexión en la creciente tensión que se vive en la región del mar Caribe desde la segunda mitad del año. Estados Unidos informó que la misión busca expulsar a “narcoterroristas” del hemisferio occidental, bajo el argumento de salvaguardar su vecindad. Sin embargo, el comunicado oficial omitió detalles sobre los países implicados y las acciones concretas que se llevarán a cabo.
La operación estará a cargo de la Fuerza de Tarea Conjunta Lanza del Sur y del Comando Sur, el cuerpo militar estadounidense responsable de Sudamérica, Centroamérica y el Caribe. Este anuncio se produce en medio de versiones difundidas por medios estadounidenses que señalan que al presidente Donald Trump se le habrían presentado opciones para una posible intervención militar en Venezuela, incluso con ataques contra objetivos terrestres.
La tensión se incrementa con la llegada al mar Caribe del portaviones USS Gerald R. Ford, considerado por la US Navy como la plataforma de combate más letal del mundo. Este buque, de propulsión nuclear, tiene capacidad para 4,500 efectivos y puede transportar hasta 90 aeronaves, lo que refuerza la presencia militar estadounidense en la zona.
Desde septiembre, Washington ha intensificado sus operaciones contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico, con al menos 21 barcos destruidos y cerca de 80 personas fallecidas, aunque las cifras oficiales siguen siendo imprecisas. Estos hechos, sumados a la falta de transparencia sobre los alcances de Lanza del Sur, alimentan las dudas sobre los verdaderos objetivos estratégicos detrás de la iniciativa.

