La Procuraduría General de Justicia de Hidalgo vuelve a colocarse en el centro de la polémica. Esta vez, la senadora del PRI por Hidalgo, Carolina Viggiano, denunció públicamente haber recibido un citatorio para declarar como testigo en las investigaciones relacionadas con la llamada “Estafa Siniestra”, un entramado de corrupción que, según señalamientos, se gestó durante el gobierno del exgobernador Omar Fayad, hoy embajador en Noruega.

Viggiano acusa que este citatorio no responde a un interés genuino de justicia, sino a un uso faccioso de la Procuraduría para intimidar voces críticas. “Claramente se trata de un acoso político”, afirmó, recordando que sus declaraciones en un podcast detonaron la acción judicial. La senadora subraya la contradicción: mientras se le cita con menos de 48 horas de anticipación, los responsables directos de la administración donde surgió el fraude siguen sin ser llamados a rendir cuentas. “No he visto que llegue ningún citatorio a la embajada ubicada en el primer mundo”, reprochó, en alusión a Fayad.

El señalamiento no es menor. El propio gobernador Julio Menchaca ha declarado que no existen investigaciones contra el exmandatario, pese a que la “Estafa Siniestra” fue bautizada por su administración como uno de los mayores desfalcos en la historia reciente del estado. A esto se suma la presencia del coordinador de comunicación social junto al procurador al anunciar el citatorio, un gesto que, para Viggiano, confirma la politización del caso y la violación del principio de secrecía.

La senadora también exhibió la ineficiencia institucional: “Son tan malos para investigar que ya está libre César Mora, el contralor de Omar Fayad, porque no supieron integrar la carpeta”. Mientras tanto, los homicidios, cuerpos embolsados y actos de violencia se acumulan sin castigo en Hidalgo, evidenciando un sistema que prioriza la persecución política sobre la seguridad ciudadana.

Viggiano, abogada de profesión, calificó el citatorio como ilegal por incumplir plazos y formalidades, pero aseguró que acudirá: “No les tengo miedo. Los voy a enfrentar con integridad y valor. No me van a intimidar”. Su mensaje concluye con una exigencia directa: que la Procuraduría deje de ser un instrumento del poder y cumpla con su responsabilidad de garantizar justicia autónoma, algo que Hidalgo sigue sin alcanzar.