La Ciudad de México se ha consolidado como la urbe con mayor congestión vehicular a nivel mundial, según el Índice de Tráfico TomTom 2025, superando a metrópolis como Bangkok y Lima. Aunque ocupa el lugar 17 en tránsito total, encabeza la lista global en tiempo perdido por embotellamientos en horas pico. El informe revela que los capitalinos pierden en promedio 152 horas al año atrapados en el tráfico, lo que equivale a más de seis días completos de vida desperdiciados en traslados.

Un panorama crítico

El congestionamiento en la CDMX alcanza un índice del 52%, lo que significa que los viajes duran más del doble del tiempo estimado. Un trayecto de 10 kilómetros puede tomar hasta 44 minutos en horas pico, con velocidades promedio de apenas 13 km/h. En arterias como Viaducto, Periférico y Eje Central, los automovilistas avanzan a vuelta de rueda, llegando a velocidades de 5 km/h en los peores momentos.

La saturación no solo se debe al volumen vehicular —más de 5.5 millones de autos circulan en la capital—, sino también a factores dinámicos como obras viales, accidentes, cierres por manifestaciones y transporte de carga que invade las principales avenidas. A esto se suman problemas estructurales: infraestructura obsoleta, falta de sincronización semafórica y planeación urbana deficiente.

Impacto económico, social y ambiental

El tráfico no es solo una molestia: afecta la economía y la salud pública. Empresas reportan incrementos en costos logísticos y pérdida de productividad por retrasos en entregas y ausentismo laboral. Según estudios, los edificios corporativos destinan hasta 42% de su terreno a estacionamientos, reflejo de una cultura centrada en el automóvil. Además, la congestión vehicular contribuye entre el 20% y 30% del daño ambiental total, generando emisiones que agravan la crisis climática y la calidad del aire en la capital.

En términos personales, el tiempo perdido en traslados genera estrés, fatiga y disminuye la calidad de vida. Casos extremos revelan trayectos diarios de hasta 7 horas para quienes se desplazan desde municipios conurbados hacia zonas corporativas como Santa Fe, lo que obliga a muchos a replantear su vida laboral.

¿Qué se está haciendo y qué falta por hacer?

Las autoridades han implementado medidas como la ampliación del Metro, el desarrollo del Metrobús, ciclovías y programas como Hoy No Circula, que en 2025 endureció restricciones para reducir emisiones. Sin embargo, expertos advierten que estas acciones son insuficientes frente al crecimiento del parque vehicular y la falta de transporte público eficiente en zonas periféricas. Propuestas como carriles reversibles con horarios flexibles, sistemas de semáforos inteligentes y mayor inversión en movilidad sustentable son consideradas urgentes para revertir la tendencia.

Un reto que exige soluciones integrales

La CDMX enfrenta un desafío multifactorial: crecimiento demográfico, centralización de empleos, cultura del automóvil y deficiencias en infraestructura. Sin un cambio estructural hacia transporte público eficiente, movilidad sustentable y regulación estricta del parque vehicular, la capital seguirá perdiendo tiempo, dinero y salud en un problema que ya es crítico.