En un esfuerzo por acercar el patrimonio prehispánico a todas las personas, sin importar sus capacidades visuales, la arquitecta y artista plástica Beatriz Rivas Viveros inauguró la exposición “La historia a través del tacto” en el Centro de Actividades Culturales (CeAC) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx). La propuesta, que combina técnicas digitales y artesanales, convierte la experiencia museográfica en un ejercicio sensorial donde el tacto, el braille y la audiodescripción se convierten en herramientas fundamentales para comprender la riqueza cultural del pasado.

Rivas Viveros, estudiante de la Maestría en Diseño de la UAEMéx, explicó que el proyecto surgió al reconocer la necesidad de contar con espacios culturales verdaderamente incluyentes para personas con discapacidad visual. “Mi intención fue acercar la cultura desde otro sentido”, comentó durante la inauguración. La creadora explicó que, al identificar la escasez de museografías accesibles, comenzó una investigación y colaboración estrecha con la institución Vemos con el Corazón, donde niños, jóvenes y adultos participaron activamente en el desarrollo de cinco prototipos táctiles de piezas arqueológicas.

Estas réplicas, pertenecientes a las culturas matlazinca y azteca, apuntan a un descubrimiento reciente en el Cerro del Toloche, en Toluca, una zona arqueológica que continúa revelando fragmentos de la historia del valle de Matlatzinco. Los prototipos fueron evaluados y mejorados por usuarios con discapacidad visual mediante un proceso participativo que permitió ajustar dimensiones, texturas y relieves para asegurar que cada pieza pudiera ser comprendida mediante el tacto.

“Cada pieza integra texturas en alto relieve, una descripción en braille y una audioguía que les permite explorar la obra con mayor claridad”, detalló Rivas Viveros. La elaboración de cada réplica implicó un proceso técnico complejo: escaneo digital de los vestigios, edición tridimensional especializada, impresión 3D y, finalmente, acabados artesanales que dotaron a las obras de detalles táctiles interpretables con las manos. El resultado es una colección que no solo reproduce objetos arqueológicos, sino que los transforma en un puente entre el pasado y una comunidad históricamente relegada de los espacios museísticos tradicionales.

Durante el acto inaugural, la directora del CeAC, Eufrasia Gómez Pérez, acompañada por la jefa del Departamento Artístico Cultural, Ana Luz Hernández Rodríguez, y el jefe del Departamento de Control Escolar, Juan García Oliva, resaltó que el proyecto es una muestra concreta del compromiso universitario con la inclusión, el acceso a la cultura y el respeto a la diversidad. “La cultura es un derecho de todas y todos. ‘La historia a través del tacto’ elimina barreras y demuestra que el arte puede experimentarse desde distintas perspectivas. Este proyecto fortalece los pilares de inclusión que promueve la UAEMéx”, afirmó.

La exposición es, además, una invitación a replantear el concepto de accesibilidad dentro de los espacios culturales. Al permitir que cualquier visitante toque las piezas, se amplía la experiencia estética y se rompe con la idea tradicional de que los museos deben observarse a distancia. Para las personas con discapacidad visual, se trata de un reconocimiento a sus habilidades perceptivas, y para el público en general, de una oportunidad para mirar —o sentir— el arte desde una perspectiva distinta.

Antes de concluir la inauguración, Rivas Viveros llamó a la comunidad universitaria y a la ciudadanía a reflexionar sobre la importancia de crear espacios verdaderamente inclusivos. “No se trata de ver a las personas con discapacidad visual como alguien con menos capacidades, sino de reconocer sus habilidades, escucharlas e incluirlas. Todos podemos disfrutar de esta exposición si la tratamos con respeto”, señaló.

“La historia a través del tacto” permanecerá abierta hasta el próximo 28 de noviembre en la Galería Dalí del CeAC. La muestra puede ser visitada tanto por personas con discapacidad visual como por el público en general, quienes tendrán la oportunidad de tocar las piezas y vivir una experiencia museográfica novedosa, sensorial y profundamente humana.