La ciudad de Johannesburgo se convirtió en el epicentro de la diplomacia mundial con la inauguración oficial de la cumbre anual del G20, presidida por Sudáfrica. El presidente Cyril Ramaphosa abrió el encuentro con un mensaje contundente en favor del multilateralismo y la cooperación inclusiva, destacando que los retos globales solo pueden enfrentarse mediante alianzas sólidas y trabajo conjunto.

Ramaphosa subrayó que la adopción de la Declaración de la Cumbre del G20 envía al mundo una señal clara: “El multilateralismo puede ser beneficioso y, de hecho, lo es”. El mandatario insistió en que la unidad entre las principales economías y los países emergentes es esencial para garantizar estabilidad y desarrollo en un contexto marcado por conflictos, crisis climática y desigualdad.

El presidente sudafricano resaltó que la agenda del G20 se ha ampliado significativamente, pasando de temas macroeconómicos a incluir asuntos como desarrollo sostenible, salud, educación, agricultura, energía, medio ambiente y cambio climático. “Hemos logrado que las prioridades globales en materia de desarrollo del sur global se incluyan de manera firme y permanente en la agenda de esta cumbre”, afirmó Ramaphosa, en referencia al compromiso de dar voz a las naciones más vulnerables.

Con este mensaje, Sudáfrica busca posicionar la cooperación internacional como herramienta clave para enfrentar los desafíos del siglo XXI, reafirmando que la cumbre no solo es un espacio de diálogo económico, sino también un foro para impulsar soluciones integrales que beneficien a todas las regiones del planeta.