Greta Thunberg fue vetada de ingresar a Venecia por 48 horas y multada con 150 euros después de participar con Extinction Rebellion en una acción que tiñó de verde el Gran Canal para denunciar la inacción ante la crisis climática, en coincidencia con el cierre de la COP30 en Belém, Brasil, informaron las autoridades locales.
La protesta, que buscó un impacto visual sobre el sitio más emblemático de la ciudad, consistió en verter un tinte fluorescente no tóxico utilizado habitualmente en estudios ambientales, según los organizadores.
La intervención formó parte de una serie de acciones simultáneas en diez ciudades italianas, donde activistas colorearon ríos, lagos y fuentes en Génova, Padua, Turín, Bolonia y Tarento. Sobre el Puente de Rialto colgaron una pancarta que decía: “Stop Ecocide”.
“La cumbre global más importante para definir acuerdos políticos internacionales destinados a contrarrestar el colapso climático y social llega a su fin y, una vez más, Italia ha estado entre los países que bloquean las propuestas más ambiciosas”, dijo Paola, activista de Extinction Rebellion, citada por la prensa británica durante la protesta.
El gobierno regional deploró la acción. El gobernador del Véneto, Luca Zaia, calificó de gesto “irrespetuoso con nuestra ciudad, su historia y su fragilidad” y “una acción que puede tener consecuencias para el ambiente”.
“Me sorprende aún más ver a Greta Thunberg entre los autores de esta protesta inútil, cuyo objetivo evidente, más que crear conciencia respecto al medio ambiente, es darse visibilidad a sí mismos”, añadió.
Extinction Rebellion defendió el carácter simbólico y pacífico del acto y subrayó que el colorante fluorescente utilizado no supone riesgo ecológico y se emplea de forma rutinaria para trazados hidrológicos y detección de fugas.
En diciembre de 2023, la policía ya había abierto diligencias por una acción similar que coloreó el Gran Canal con fluoresceína, con denuncias administrativas para una treintena de activistas y restricciones temporales de acceso en algunos casos, según reportes locales y de agencias internacionales.
La protesta se sincronizó con el final de la COP30 en Belém (Brasil), que se celebra en noviembre de 2025. La ONU confirma a Belém como sede y sitúa la conferencia del clima en noviembre, un hito diplomático que el gobierno brasileño presentó como impulso al debate global sobre la salida de combustibles fósiles; críticos del movimiento climático consideran, no obstante, que los acuerdos han sido insuficientes.
El grupo realizó además un flash-mob silencioso: manifestantes vestidos de rojo y con velos sobre el rostro caminaron lentamente entre los turistas. Los organizadores argumentan que Venecia —una de las ciudades europeas más vulnerables al aumento del nivel del mar— necesita medidas urgentes de adaptación y mitigación.
La ciudad ha sufrido episodios de “acqua alta” y mantiene el sistema de barreras móviles MOSE como defensa principal, en medio de un debate técnico y financiero constante sobre su eficacia.
El Ayuntamiento impuso a Thunberg y a otros participantes una orden de alejamiento de 48 horas y una multa de 150 euros. Aunque la policía local no detalló inmediatamente el número total de sancionados, medidas de “daspo urbano” y “foglio di via” ya se aplicaron tras acciones previas de Extinction Rebellion en 2023.
En aquella ocasión, la fluoresceína fue identificada como el trazador responsable del color verde, sin evidencias de toxicidad, de acuerdo con autoridades y cobertura internacional.
Extinction Rebellion insistió en que el tinte fue elegido para maximizar el contraste visual y subrayar “los efectos masivos del colapso climático” sobre una ciudad frágil. El colectivo sostiene que la acción busca presionar a los gobiernos y “visibilizar la magnitud de los efectos del colapso climático”, al tiempo que presenta la tonalidad verde como símbolo “del peligro y de la esperanza de actuar a tiempo”.
Fuente: agencias

