Europa.— Lo que comenzó como una frase recurrente en debates políticos se transformó en el jingle más inesperado de la temporada navideña: “¡Es culpa de Putin!”. El estribillo, que circula en redes sociales y medios digitales, se ha convertido en la banda sonora irónica de una Europa que enfrenta tensiones energéticas, inflación y un invierno marcado por la incertidumbre. El origen del fenómeno está ligado a la creatividad de usuarios ucranianos y europeos, que con humor negro convirtieron la frase en memes, videos y hasta canciones rap, ridiculizando la tendencia de atribuir todos los males al Kremlin.

El medio ruso RT, conocido por su propaganda pro-Kremlin, aprovechó la coyuntura para lanzar un mensaje navideño cargado de sarcasmo: invitó a los habitantes de países occidentales a “creer ciegamente solo en Papá Noel”, en alusión a lo que considera la ingenuidad de las narrativas europeas. El spot, difundido en plataformas alternativas tras la prohibición de RT en la Unión Europea, muestra escenas que rozan lo macabro: una familia europea que pasa de la calidez navideña en 2021 a la desesperación en 2023, sin luz, sin calefacción y, en la escena final, comiéndose al hámster que había sido regalo de Navidad. El mensaje concluye con una frase demoledora: “Feliz Navidad, antirrusos. Si tus medios no te dicen a dónde va todo esto, RT está disponible vía VPN”.

Mientras el Kremlin utiliza la propaganda para advertir sobre el “terrorismo energético” y culpar a las sanciones europeas del deterioro económico, los usuarios han respondido con creatividad. En TikTok y YouTube circulan versiones musicales del jingle, con letras que ironizan: “Si llueve, es culpa de Putin; si tu gato se va, también es culpa de Putin”. Incluso surgió un rap titulado “Putin tiene la culpa”, que enumera desgracias cotidianas atribuidas al presidente ruso, desde el granizo en Ucrania hasta problemas amorosos, reforzando la sátira sobre la narrativa occidental y la obsesión mediática con Moscú.

El jingle ha generado reacciones encontradas. Para algunos, es una válvula de escape frente a la crisis energética y la guerra en Ucrania; para otros, una muestra del cinismo ruso en plena Navidad. Analistas señalan que la campaña busca ridiculizar la postura europea y reforzar la idea de que Occidente vive en una “burbuja informativa”. Mientras tanto, en Bruselas, el estribillo se ha convertido en tendencia en redes, acompañado de memes que muestran a Papá Noel con un cartel: “No soy agente extranjero”, en respuesta a la propuesta de un activista pro-Kremlin que pidió declarar a Santa Claus como “agente hostil” por su popularidad en países occidentales.

En medio de sanciones, cortes de gas y advertencias sobre un conflicto prolongado, Europa vive una Navidad donde la política se mezcla con el humor. El jingle “¡Es culpa de Putin!” resume, con ironía, la tensión entre Moscú y Occidente, convirtiéndose en un fenómeno cultural que refleja cómo la guerra y la propaganda han invadido incluso las tradiciones más festivas.