Los diputados panistas de Quintana Roo se oponen a la prohibición de usar delfines y otros mamíferos marinos como espectáculos circenses pese a que se han documentado tratos crueles y martirio en sus adiestramientos; su interés es únicamente mercantil, son maiceados por los dueños de Xcaret, Miguel Quintana Pali y Eduardo Albor de Dolphin Discovery para dar reversa a la reforma.

Por XAVIER MÉNDEZ CAMACHO

A través de un exhorto dirigido a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, la XV Legislatura del Congreso de Quintana Roo se pronunció a favor de que haya delfines en cautiverio y solicitó a diputados federales, no aprobar el dictamen con reformas a la Ley General de Vida Silvestre, en los términos propuestos por el PVEM a nivel nacional.

El punto de acuerdo, promovido por los diputados Eduardo Martínez Arcila, Mayuli Martínez Simón, Eugenia Solís Salazar, Gabriela Angulo Sauri, Jesús Zetina Tejero y Fernando Zelaya Espinoza, integrantes de la bancada del PAN, fue aprobado por mayoría con once votos a favor y diez en contra, de las fracciones del PRI, PVEM y la diputada Laura Beristain.

Los panistas aseguran que “hay razones de peso para que el Congreso Local busque el bien común y el equilibrio entre ambos”, porque “Quintana Roo alberga el 70 por ciento de los delfines bajo cuidado humano en México y el respeto del bienestar animal es compatible con la derrama económica y generación de empleos”.

Lo cierto es que los delfinarios son negocio multimillonario en Quintana Roo y lo diputados locales que están en contra de que se clausuren estos centros de espectáculos circenses   son maiceados por los poderosospropietarios de estos lugares, Miguel Quintana Pali (Xcaret) y Eduardo Albor (Dolphin Discovery) para que  no aprueben la reforma.

 En 2008, dos empresarios uruguayos fueron procesados penalmente en Cancún por el brutal asesinato de dos delfines en Isla Mujeres y de volver loco a otro que finalmente murió en Dolphin Discovery donde lo intentaban rehabilitar.

Zico Henríquez, director ejecutivo de ORCA (Organización de Rescate y Conservación Ambiental) con sede en Santiago de Chile, me comenta que los hermanos Guillermo y Gustavo Rodríguez Ban, de nacionalidad uruguaya, los mismos que en 2008 fueron procesados por este delito en México y que huyeron de la justicia, ahora son prósperos empresarios en Chile.

Estos uruguayos en la actualidad, dice, encabezan red de tráfico internacional de fauna marina que vende especies protegidas a acuarios y delfinarios   internacionales; su base de operaciones está en Chile y sus tentáculos alcanzan Argentina, Malasia, Rusia, China, Ucrania y Corea del Sur, entre otros países.

El 18 de Abril de 2007 la delegación regional de Procuraduría General de la República en Quintana Roo solicitó orden de aprehensión (AP/PGR/QROO/CAN/343/2006-III) al juez segundo de Distrito en materia penal de Quintana Roo, Alfonso Gabriel García Lanz con sede en Cancún, en contra de Guillermo y Gustavo Rodríguez Ban y otros 6 coacusados:

Germán Orozco Sarro, actual propietario de la naviera ULTRAMAR,  Adrián Haces Calvo, Isauro Martínez Magaña, Alejandro Picón Omaña, Pablo Pantoja Ibarra y Marco Alejandro García Mollinedo, por “su presunta responsabilidad en la comisión de un delito ambiental en la modalidad de dañar a un mamífero marino y privar de la vida a dos delfines”, delitos sancionados en el artículo 420 fracción I del Código Penal Federal Vigente,  en hechos ocurridos en el delfinario Aletta Bay de Isla Mujeres en 2001 y 2002.

Solo dos de los indiciados, Adrián Haces Calvo y Pablo Pantoja Ibarra, pisaron la cárcel pero salieron libres días después bajo fianza por no ser delito grave. Guillermo y Gustavo Rodríguez Ban y todos los demás, evadieron en ese entonces la acción de la justicia. Se presume que las órdenes de aprehensión siguen vigentes porque, al decir de especialistas, no prescriben.

Los hermanos Guillermo y Gustavo Rodríguez Ban aparecen ahora como exitosos empresarios en Santiago de Chile. Guillermo tiene la empresa Espectáculos Mundomar LTDA, con domicilio en                 Parcela 14, Panamericana Sur km. 32, Comuna de Buin, Región Metropolitana, es socio del zoológico más grande de Chile, elBuin Marino, de la familia del médico veterinario Ignacio Idalsoaga, y encabeza la Fundación MundoMarsupuestamente dedicada a la protección y rescate de fauna marina, aunque tiene como presta nombre en la presidencia a una mujer de nombre Isabel Hernández Alonso.

ORCA ha podido documentar que nada más entre noviembre de 2010 a junio del 2012 los hermanos Rodríguez Ban traficaron 44 lobos marinos a destinos tan diversos como Argentina, Malasia, Rusia, China, Ucrania y Corea del Sur. Sus receptores fueron las empresas Wild Concepts International de Singapur; Golden Land Animal Trade Co. LTD. y KW Royal Ocean World (Fushun) Co. Ltd de China y la empresa Punto Azul, de República Dominicana, lugar donde reside Gustavo. Con el apoyo de la aerolínea Air Canada, en 10 envíos vendieron ejemplares en más de 150 mil dólares.

Dice Zico Henríquez: “La situación es la siguiente, en Chile existe una prohibición total para la caza o captura de lobos marinos, salvo 200 ejemplares al año para fines de exhibiciones en zoológicos y acuarios.

La Fundación Mundo Mar, propiedad del cazador-comerciante uruguayo Guillermo Rodríguez Ban pretende establecer en la provincia de Concón, en Chile, un “centro de rescate y rehabilitación de fauna marina”. Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) afirman que se trata solamente de un disfraz para promover el tráfico ilegal de especies marinas empleando para ello sus empresas Espectáculo Mundo Mar Ltda., Buin Marino y Guigus S.A.

El 29 de mayo de 2012 organizaciones de la campaña “S.O.S. Lobos Marinos Chile”, denunciaron la existencia de un centro clandestino de acopio de fauna marina, ubicado en una parcela del sector Paso Hondo, Comuna de Casablanca, región de Valparaíso, propiedad del uruguayo Guillermo Rodríguez Ban. A pesar de no tener permisos ni control de autoridades sanitarias, ambientales o pesqueras, esta parcela era sitio de llegada y salida de ejemplares de aves como, papagayos, quetzales, culebras de todo tipo y mamíferos marinos provenientes de la región de Valparaíso.

El zoológico Buin Marino, propiedad de la familia Idalsoaga, y en cuyo parque tiene acciones Guillermo Rodríguez Ban lleva como principal atractivo un espectáculo circense de pingüinos y lobos marinos. Sus estrellas Chilly Willy – el pingüino de Humboldt – y Kevin -el lobo marino- muestran todos sus trucos al público. El zoológico tiene más de 200 empleados y cuenta con más de 2 mil animales en exhibición de diferentes especies. Se localiza en la carretera Panamericana Sur KM. 32 Buin Buin

Guillermo Eduardo Rodríguez Ban, recibió permiso de permanencia en el país por parte del Ministerio del Interior de Chile, el 27 de diciembre del 2011. Desde entonces opera impunemente el tráfico de especies marinas coludido con autoridades gubernamentales de Chile, denuncia el director ejecutivo de ORCA. Tiene cuenta pendiente en México.

Está documentado que Guillermo y Gustavo Rodríguez Ban participaron en las muertes de la delfín “Miku” y el delfín “Rocko”, nariz de botella, importados de Japón, ocurridas en marzo y septiembre de 2001 en el delfinario “Aletta Bey” de Isla Mujeres y en las afectaciones cerebrales ocasionadas al delfín “Fidel” o “Makaiko”, de acuerdo al expediente número 24/2007-II- radicado en el juzgado segundo de Distrito Penal de Quintana Roo.

Los dos primeros mamíferos fueron envenenados con ácidos; a la hembra la descuartizaron y enterraron clandestinamente en el delfinario Aletta Bey en Isla Mujeres, “Rocko” falleció en medio de convulsiones   y “Fidel” murió  tiempo  después  víctima de “trastornos mentales” por la misma causa.

Mañana le contaré la historia completa…