Por: Fernando Moctezuma Ojeda – @FerMoctezumaO

A mi mamá y mis abuelas, donde quiera que estén: feliz día de las madres.

Alrededor del mundo, hay grupos de inteligencia militar y terrorista que utilizan fuegos artificiales para distraer la atención de la zona que están a punto de atacar. Sencillamente lanzan una “fiesta” de estas luces multicolor al cielo, mientras que en tierra comienzan una emboscada, tiroteo o bombardeo, según sea el caso; y de esta manera consiguen, en muchas ocasiones, eliminar al objetivo. 

Este ejercicio bélico se ha usado de mil maneras a lo largo de la historia, y es precisamente, lo que Andrés Manuel López Obrador ha venido haciendo desde que comenzó su mandato, pero aparentemente se le comienza a terminar la pólvora; o quizás, el efecto distractor ya no permea como él quisiera. 

En este caso en particular, la Reforma Electoral funge como la pirotecnia distractora. El mismo presidente sabe que ni ésta, ni ninguna otra reforma constitucional pasará, sencillamente porque, como vimos en la Reforma Eléctrica, los números no le dan para alcanzar la mayoría calificada, y sin embargo, necesita ese “anzuelo” para dos motivos fundamentales: poder echar culpas, como acostumbra, y además, poder distraer la conversación pública, mientras él hace obra y gracia, en México, y ahora en América Latina.

Esto no es nuevo. La estrategia que ha seguido a lo largo de todo este tiempo se basa en lo mismo, con mayor o menor descaro, pero ese es su estilo por completo. 

Por ejemplo, mientras más de 100 mil pensionados que cotizaron para el IMSS, llevan diez años reclamando la devolución de sus ahorros depositados a ese instituto, 25 mil trabajadores de Guatemala cotizarán en el IMSS para darles apoyo. 

Mientras seguimos esperando conocer la verdad, y que las personas responsables paguen por sus crímenes, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum está más ocupada en el árbol que pondrán en lugar de la Palma, o en dar reconocimientos baratos a una agrupación de música popular. 

Mientras seguimos esperando que se esclarezcan los feminicidios, y los asesinatos de nuestros compañeros periodistas, el Gobierno presume su pésima gestión en la pandemia; o cuando ya nadie pregunta por la masacre de Hidalgo, donde hubo ocho muertos y 11 lesionados, la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde celebra que el Covid19 ya forma parte del catálogo de enfermedades laborales. 

Así podríamos seguirnos con cada una de sus burlas, donde definitivamente las prioridades no son lo suyo. 

Dijo Nicholas Wells que “la inconsciencia en nuestros actos es el primer paso hacia la extinción humana”. Yo: #SóloDigoLoQueVeo.

JUEGO DE CARTAS:

BURLA: Otra de Morena es la que quiso hacer el exgobernador de Baja California, Jaime Bonilla, con su “ahora sí, ya llegué” en el Senado de la República. Contra toda norma, el morenista pretendía subirse al escaño que abandonó por irse a ocupar el Palacio de Gobierno de la entidad cachanilla, por lo que el Tribunal Electoral tuvo que intervenir para recordarle que, al dejar sus responsabilidades legislativas, también había perdido sus derechos. //LÍNEA 12: El Partido Acción Nacional de la Ciudad de México buscará que la jefa de Gobierno presente el dictamen de DNV, a fin de conocer las causas de la tragedia que hace un año devastó a más de cien familias en la zona de Tlahuac. //TORMENTA: Aparentemente, en la Ciudad de México hay un déficit de bomberos, o de plano les da por ignorar los llamados de la población. La tormenta que azotó a la capital el pasado viernes dejó inundaciones al interior de decenas de comercios y viviendas, además de cortes en el suministro eléctrico, los cuales fueron simplemente ignorados por el Cuerpo de Bomberos. //AHUEHUETE: Por si alguien tenía el pendiente, la glorieta de paseo de la Reforma que había sido ocupada por la centenaria palma, ahora lucirá un ahuehuete. Y ya.

P.D: Cada vez peor.

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