Francisco Garfias

 

Juan Pablo Castañón estiró las manos y las llevó a la altura de sus mejillas sin tocarlas.

Mientras hablaba movía las palmas de arriba hacia abajo para enfatizar la necesidad de que Morena deje de tener “un discurso de buenos y malos que nos quiere dividir”.

Nos dijo el titular del Consejo Coordinador Empresarial:

“Cuando en un equipo de trabajo, por más plural que sea, su líder no genera una línea consistente en todas las manifestaciones públicas sobre lo que quieren tener como proyecto de nación, evidentemente se genera incertidumbre y preocupación en el sector privado.

“Hay amenazas de expropiaciones y, aunque las aclaren a las 48 horas con otras palabras, queda esa incertidumbre.

“Tiene que haber mayor congruencia por parte de los equipos de trabajo y del propio candidato”, subrayó.

La charla en corto con el titular del Consejo Coordinador Empresarial se llevó a cabo en Los Pinos, luego de la ceremonia para conmemorar el Día del Trabajo.

Todavía no se daba el explosivo discurso de Andrés Manuel ante la CIRT ni las expresiones de que los empresarios del Consejo Mexicano de Negocios “no quieren dejar de robar” y son “una minoría rapaz que tiene secuestrado al gobierno”.

Tampoco había levantado el índice para acusar a Germán LarreaAlberto BaillèresClaudio X. GonzálezAlejandro Ramírez y Tricio de conspirar con Ricardo Anaya para sacarlo de la jugada en la elección presidencial.

Castañón la veía venir. En su intervención en tribuna frente al presidente Peña, el mero mero del CCE criticó los discursos que llaman a la división y regresan a la falsa lucha entre empresarios y trabajadores.

El hombre recordó que los salarios no se aumentan por decreto ni los precios pueden congelarse ni las fronteras cerrarse sin consecuencias negativas para las familias.

“La única vía para el desarrollo está en la inversión que genera empleo y en el trabajo cotidiano. No podemos construir nuestro futuro viendo por el espejo retrovisor”, puntualizó.

Bajo ningún punto de vista le conviene a México una especie de lucha de clases, versión siglo XXI. Nos queda claro que de nada sirvió incorporar a Alfonso Romo o a Tatiana Clouthier a su campaña.

Hoy, Andrés Manuel López Obrador es visto por la IP como una amenaza potencial con los riesgos que esto implica para la estabilidad económica, las inversiones y el empleo.

  • Otra vez arremetió Mario Vargas Llosa en contra de AMLO. Pide a los mexicanos que no se “suiciden” eligiendo a un “demagogo, populista, irresponsable”.

En un foro celebrado en Santiago de Chile hizo un llamado a los votantes mexicanos: “Todavía hay espacio para que sopesen lo que está en juego…”.

Ya encarrerado, el Premio Nobel de Literatura 2010 hizo responsable a Trump de la popularidad de El Peje.

“Con sus ataques e insultos a los mexicanos ha favorecido a López Obrador. Estados Unidos tendrá problemas con un gobierno populista y demagogo”.

El autor de La fiesta del Chivo, que retrata magistralmente el asesinato del dictador dominicano Leónidas Trujillo, la trae en serio contra el tabasqueño.

Hace poco más de dos meses, en la presentación de su libro La última llamada de la tribu, en Madrid, el escritor peruano dijo que si López Obrador llegase a ser Presidente “sería un retroceso tremendo para la democracia en México”.

Habría que aclararle al gran escritor que más que los insultos de Trump a México es el hartazgo de los ciudadanos con la corrupción, la violencia y el crimen lo que ha hecho realidad la posibilidad de que el perseverante tabasqueño llegue a Palacio Nacional.

Por lo demás, Vargas Llosa fue ayer linchado en las redes sociales por su pronunciamiento.

Paradoja: son los mismos o sus herederos que lo hicieron héroe nacional cuando, a principios de los noventa, calificó al régimen priista como “la dictadura perfecta”.

  • Vaya lío en el que está metida Nuvia Mayorga Delgado, candidata a senadora del PRI por Hidalgo.

Vecinos de Valle San Javier, en Pachuca, Hidalgo, la acusan de haber enajenado terrenos y áreas verdes que, por ley, no se pueden vender.

Cuentan esos vecinos que la mujer le sacó un acuerdo a Miguel Osorio Chong, una semana antes de que éste dejara la gubernatura de Hidalgo.

Ese “irregular” acuerdo privatiza 90 mil metros de áreas verdes en esa zona que, por ley, no podían venderse, aseveran.

En esas áreas verdes, las constructoras compraron al gobierno de Hidalgo entre mil 300 y mil 500 pesos el metro cuadrado, cuando en realidad valía cinco mil pesos.

Pero los vecinos de Valle de San Javier se pusieron bravos y pararon el desarrollo que se aprestaban a construir. La bronca es que ahora vuelve a amenazar con hacer efectivo el “Acuerdo Osorio” en cuanto llegue al Senado.

Los vecinos nuevamente están en pie de lucha.