Expertos del Centro Universitario Temascaltepec de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) están llevando a cabo una investigación y análisis, financiada por la Máxima Casa de Estudios mexiquense, de la participación de las mujeres en el gobierno tradicional de la comunidad de San Francisco Oxtotilpan, el último bastión de la cultura matlatzinca en el municipio de Temascaltepec, el objetivo es comprender cómo las mujeres participan en el gobierno interno de la comunidad, informó el catedrático e investigador universitario, Germán Santillán Delgado.

El gobierno está integrado por un solo jefe supremo, que se apoya en cuatro mujeres, por lo que el gobierno se compone de cinco personas, un hombre y cuatro mujeres.

La participación de las mujeres se limita a apoyar al jefe supremo en la elaboración de alimentos, la producción de bienes y su presentación ante las autoridades municipales, estatales y federales, así como en la realización de prácticas culturales y la participación en eventos como la fiesta patronal.

Aunque la mujer tiene una participación mayoritaria en términos de paridad de género, su papel se limita a ser un apoyo para el jefe supremo, ya que no tiene voz ni voto en las decisiones que toma la autoridad tradicional. Solo el jefe supremo puede expresar su opinión, incluso cuando se le solicita la autoridad municipal, en línea con el Artículo 2º Constitucional.

En caso de conflicto de límites de propiedad, la autoridad tradicional interviene para mediar y proponer soluciones, aunque si no hay acuerdo, la autoridad civil interviene y se recurre al derecho agrario, la procuraduría agraria y los tribunales unitarios agrarios para resolver el problema. La participación de la autoridad tradicional es una forma alternativa de solución de conflictos, que interviene para mediar y solucionar en lugar de generar un mayor conflicto.

Aunque no hay igualdad ni equidad de género en el gobierno tradicional de la comunidad de San Francisco Oxtotilpan, los expertos confían en que en algún momento una mujer pueda asumir el cargo de jefa suprema.

Esta debería ser nativa de San Francisco, ser una persona honorable y, sobre todo debe hablar la lengua matlatzinca, lo cual es cada vez más difícil de encontrar entre los hombres de la comunidad que generalmente emigran a la Ciudad de México.